Diputado Calisto se inclina por el A favor: «Hay que cerrar el conflicto histórico de la Constitución de Pinochet»
Publicado el: 25 octubre 2023

Pese a esto, indica que se supeditará a la decisión que tome su colectividad, la cual, según explica, debiese tomar una definición formal: «De lo contrario, todo el esfuerzo y el costo político que hemos pagado no habrá valido».

Adelantándose al debate que se daba al interior de Demócratas, cuyos parlamentarios se reunieron anoche para analizar el texto del Consejo, el diputado Miguel Ángel Calisto detalla su inclinación a aprobar el borrador al argumentar que, en el Congreso, se le podrán realizar modificaciones.

Calisto, quien fue parte de la Democracia Cristiana anteriormente, estima que es necesario cerrar el ciclo constitucional.

-¿Hacia dónde se inclina la postura de Demócratas de cara al plebiscito de diciembre?

-Hay un debate bastante intenso y nutrido en la discusión respecto a la propuesta constitucional. Existe una relativa tranquilidad, porque no estamos frente a la propuesta de la Convención, la cual polarizaba y ponía en una situación de mucha incertidumbre al país. En Demócratas se ha dado un debate interesante, con matices -porque ser un partido de centro conlleva tenerlos-, y hoy estamos en la discusión de si tomaremos una posición formal o daremos libertad de acción.

-¿Usted cree que tienen que fijar postura o dar libertad de acción es compatible con ser un partido naciente que necesita sentar posición?

-Estamos frente a dos propuestas que son democráticas: la actual Constitución, que ya tiene muy poco de Pinochet, y el borrador del Consejo, que nace de un proceso democrático y me parece equilibrado. Nosotros, como partido, debiéramos avanzar a tomar una posición.

-¿Usted tiene definido cómo votará?

-Tengo una posición clara, pero evidentemente estoy supeditado a la colectiva. Me inclino a aprobar la nueva propuesta, no porque la actual Constitución no dé certezas, sino que porque creo es más ordenada. Pienso, además, que todas las partes han mostrado flexibilidad para ir modificando cosas las últimas semanas, se han hecho gestos políticos, y hay sectores, que a pesar de cualquier gesto e intención de flexibilizar, que ya tienen una decisión tomada. La izquierda estará por el En contra. En mi opinión, todavía podemos hacer ajustes, tanto en el proceso como posteriormente en el Congreso.

Me siento cómodo con la consagración de un Estado social y democrático de derecho, el sistema político y la unidad anticorrupción que se ve robustecida. La consagración del terrorismo como contrario a los DD.HH. y la seguridad, me parece necesario y oportuno frente a la situación.

-Pero en el Consejo se necesitaría la unanimidad de los consejeros para hacer nuevos ajustes. ¿Realmente lo ve posible?

-Aquello es parte de la construcción de acuerdos, los cuales se podrían hacer patente en el Congreso, entidad que jugará un rol, no en la redacción de una Constitución, sino que en su aplicación. Lo que quiero expresar es que no debiéramos, los actores políticos de este tiempo, perder la oportunidad de construir y perfeccionar una Carta Magna que nace de un proceso democrático.

-Es partidario, entonces, de darles garantías de que podría haber cambios a algunos temas que incomodan a sectores más moderados…

-Absolutamente. Yo creo que si se aprueba este texto da garantía a todos los chilenos para que esta discusión tenga una continuidad en el Congreso, en sus modificaciones y ajustes, ya que nunca existirá un texto perfecto, pero no podemos desaprovechar esta oportunidad.

-El oficialismo critica que se repitió la lógica del proceso anterior y que la derecha terminó imponiendo sus términos. ¿Eso a usted no le parece?

-Hay una diferencia entre este proceso y el anterior, primero porque estamos frente a un acuerdo nacional en donde todos los sectores políticos acordamos los 12 bordes; segundo, porque no hay hoja en blanco y porque el Consejo tuvo un trabajo mucho más ordenado y prolijo, apegado a la discusión jurídica. Además, actualizó temas importantes, como el terrorismo, que yo creo responden a la preocupación que hoy tiene Chile.

-Los cuestionamientos de ese sector también apuntan a que la nueva Constitución atenta contra los derechos de la mujeres y que «constitucionaliza» las AFP. ¿Cómo responde a eso?

-Hay asuntos que son de derechos fundamentales en los cuales uno tiene determinadas posiciones. Ante los derechos de las personas, individualizadas por género, el derecho más importante, el rector, es a la vida, y en ese sentido, evidentemente hay supremacía de valores. El derecho a la vida de quien está por nacer es un mínimo absoluto que ningún Estado democrático debe transar.

-¿Pero no se reabre innecesariamente un debate ya zanjado, puntualmente, en torno al aborto en tres causales?

-Es perfectamente posible ver qué resuelve el Congreso, el tema se puede volver a poner perfectamente en discusión con el nuevo texto y abrir la discusión. Yo no soy partidario de dar la discusión de las tres causales otra vez, pero si la mayoría del Congreso así lo determina, respetaré esa decisión democrática.

-¿Confía en que su partido y Amarillos estarán por el A favor?

-De lo contrario todo el esfuerzo y el costo político que hemos pagado no habrá valido. Nosotros quebramos la relación con la DC, el proceso anterior fue terrible, complejo, y nos obligó a alejarnos. Hay que cerrar el conflicto histórico de la Constitución de Pinochet.

-¿No corren el riesgo de mimetizarse en demasía con la derecha y desperfilarse, considerando que buscan captar al electorado de centro?

-No, porque nosotros tenemos que tomar posiciones, el centro no es ambiguo. Lo peor que nos puede pasar es caer en la falta de consistencia.

-Y en el eventual escenario que gane el En contra, ¿es partidario de continuar con el debate en el Congreso?

-El país está agotado de esta discusión, por eso reitero: tenemos la posibilidad de continuar esta conversación en el Congreso si es que se aprueba el nuevo texto, con las reformas que vendrán, que son legítimas. El país debe cerrar la discusión de la nueva Constitución.

Autor: TOMÁS CELEDÓN

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